Para protegerse del frío de la mejor manera posible, es aconsejable recorrer la habitación con una cámara termográfica en invierno y marcar todos los lugares donde la pared es "fina". En verano, es necesario golpear adicionalmente los lugares "fríos" con un martillo, para identificar la presencia de cavidades en ellos y determinar dónde es necesario el aislamiento térmico de los locales. Ahora es necesario perforar los agujeros y rellenarlos con la espuma de montaje. Luego hay que tapar estos agujeros y es el momento de trabajar en la pared con el aislante térmico líquido. ¿Qué tiene de bueno la espuma? En primer lugar, no acumula humedad, y, en segundo lugar, las pequeñas burbujas contienen aire, pero no hay convección, ya que están cerradas. En tercer lugar, se puede bombearla en un pequeño agujero y no tendrá que destruir más la pared. La pintura aislante térmica ayudará a no perder el calor del apartamento. Además, no nos robará ni un centímetro cuadrado.